"Señor, cuando surja en mí la voz del egoísmo, enséñame
a callar. Cuando surja en mí la voz de la soberbia, enséñame a callar.
Cuando
surja en mí la voz del amor propio, enséñame a callar. Cuando surja en mí la
voz de la ira, enséñame a callar.
Señor, enséñame a escuchar con un corazón
abierto a la voz de mis hermanos. Enséñame a conservar el silencio y a meditar
en él.
Enséñame el misterio de Tu presencia y de Tu amor.
Y dame el valor de
manifestarlo con mi vida ante mis hermanos, los hombres.
Amén"
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