¡Oh, Padre Celestial! que concediste a Juan Diego ser el
confidente de la Virgen de Guadalupe y asistir al nacimiento de la fe en
nuestra Patria, te pedimos, por su intercesión, que socorras a los más
necesitados.
Consuela a los enfermos de alma y cuerpo y concede que el
Pueblo Mexicano y extiéndelo a todas las naciones del mundo donde eres conocida
por tu misericordia, unidos por la fuerza del amor a nuestra Dulce Madre del
Tepeyac, haga de cada uno de sus hogares un templo vivo en donde adoremos a
Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo por los siglos de los
siglos.
Amén.
Si te ha gustado este Articulo, siéntete LIBRE de hacer clik en ME GUSTA y de compartirlo en FACEBOOK, TWITTER, CORREO ELECTRÓNICO y demás redes sociales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario